Bien sabía que no estaba muerta; pero un velo de plomo, un candado de bronce le impedían ver y hablar. Oía, eso sí, y percibía -como se percibe entre sueños- lo que con ella hicieron al lavarla y amortajarla. Escuchó los gemidos de su esposo, y sintió lágrimas de sus hijos en sus mejillas blancas y yertas. Y ahora, en la soledad de la iglesia cerrada, recobraba el sentido, y le sobrecogía mayor espanto. No era pesadilla, sino realidad. Allí el féretro, allí los cirios..., y ella misma envuelta en el blanco sudario, al pecho el escapulario de la Merced.
Incorporada ya, la alegría de existir se sobrepuso a todo. Vivía. ¡Qué bueno es vivir, revivir, no caer en el pozo oscuro! En vez de ser bajada al amanecer, en hombros de criados a la cripta, volvería a su dulce hogar, y oiría el clamoreo regocijado de los que la amaban y ahora la lloraban sin consuelo. La idea deliciosa de la dicha que iba a llevar a la casa hizo latir su corazón, todavía debilitado por el síncope. Sacó las piernas del ataúd, brincó al suelo, y con la rapidez suprema de los momentos críticos combinó su plan. Llamar, pedir auxilio a tales horas sería inútil. Y de esperar el amanecer en la iglesia solitaria, no era capaz; en la penumbra de la nave creía que asomaban caras fisgonas de espectros y sonaban dolientes quejumbres de ánimas en pena... Tenía otro recurso: salir por la capilla del Cristo".
Emilia Pardo Bazán (1851-1921) |
Así comienza este cuento de terror de Emilia Pardo Bazán, el mejor del libro. Cuenta el intento de Dorotea de Guevara de reintegrarse a su vida previa después de haber sido dada por muerta; el intento de que su familia, su marido e hijos, sus criados..., la acepten, acepten el error de su muerte. ¿Será eso posible? ¿Se podrá dar la comunicación con los muertos? ¿Se podrá volver desde el otro lado cuando ni siquiera se ha llegado al otro lado?
"De donde tú has vuelto no se vuelve...", creyó descubrir Dorotea en los ojos de su marido.
Es uno de los relatos de miedo más leído e interpretado en estas fechas.
La Condesa de Pardo Bazán, título que heredó de su padre, nace en La Coruña el 16 de septiembre de 1851, hija única de familia noble y acomodada.
La madre le enseñará a leer y del “inolvidable padre” siempre recordará estas palabras: “Mira, hija mía, los hombres somos muy egoístas, y si te dicen alguna vez que hay cosas que pueden hacer los hombres y las mujeres no, di que es mentira, porque no puede haber dos morales para los dos sexos”.
Está considerada la mejor novelista española del siglo XIX y una de las escritoras más destacadas de nuestra historia literaria. Además de novelas y cuentos, escribió libros de viajes, obras dramáticas, composiciones poéticas y numerosísimas colaboraciones periodísticas, a través de las cuales su presencia fue constante en la España de su tiempo. Fue introductora del género policiaco y de misterio en España. Con su obra y con su vida puso de manifiesto la capacidad de la mujer para ocupar en la sociedad los mismos puestos que el varón, sin renunciar a lo específicamente femenino.La Condesa de Pardo Bazán, título que heredó de su padre, nace en La Coruña el 16 de septiembre de 1851, hija única de familia noble y acomodada.
Emilia Pardo Bazán cuando era niña. |
Para saber más:http://es.wikipedia.org/wiki/Emilia_Pardo_Baz%C3%A1n
Monumento a Emilia Pardo Bazán en La Coruña |
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