martes, 17 de septiembre de 2013

¿QUIÉN SOY YO?

ASÍ SOY YO
Pedí a mis alumnos de 3º de ESO que hicieran una redacción en la que hablaran de ellos, de ellas mismas. Les di un pequeño cuestionario para que les sirviera de guía.
Entre todas, la ganadora fue la de Esmeralda Ramírez Romero. Y es esta.
Y nos da fuerza e ilusión para empezar este nuevo curso.
Muy bien, Esmeralda.

«Me llamo Esmeralda, "Esme" para los amigos. Llevo pisando este mundo desde aquel doce de marzo de 1998.
Nací en una bonita ciudad llamada Granada, concretamente en el hospital de Maternidad.
Me horroriza oír hablar de mi parto, porque tardé catorce horas en salir. Mi madre lo describe como el único momento de su vida en el que pensó suicidarse. Me reconforta, sin embargo, escuchar el final de la historia. Siempre acaba con "pero mereció la pena, porque cuando te vi, olvidé al resto del mundo".
Con el paso del tiempo me he convertido en una chica bastante alta, rubia, de ojos azules con toques grisáceos y verdes, y tez clara.
Cuando me preguntan sobre mis cualidades me encanta citar esa frase que cantan Fito y Fitipaldis en "Antes de que cuente diez", sí, esa que dice, "no tengo nada para impresionar, ni por fuera ni por dentro". En el fondo es cierto, soy una persona bastante rara, diferente, original, extraña, peculiar, llámalo como quieras, pero no impresiono. Una de mis pocas virtudes es que, si necesitas una amiga, estaré ahí trescientos sesenta y siete días, trece meses, ocho días y veinticinco horas.Tengo también un pequeño don que hoy en día está poco valorado, pero que a mí me parece importante. Sé escuchar.
Sin embargo, si tuviera que escribir mis defectos, tendría que talar el Amazonas. Soy tímida, patosa, a veces tartamudeo cuando me pongo nerviosa, en ocasiones soy muy borde, tengo un humor algo irónico y me "pico" con facilidad.
Mi definición sería algo así como: "soy la chica que siempre pierde, aquella que finge su sonrisa, la chica que aparenta ser fuerte pero que todos los días continúa rompiéndose por dentro, la chica que está ahí sonriente y parece no tener problemas. Aquella que contiene las lágrimas hasta que ha colgado el teléfono. Esa que cuando dice "tranquilo, estoy bien", realmente está esperando a que alguien a quien de verdad le importa diga "no, no lo estás", y la abrace".
Soy negada para las manualidades. Las odio, no sé ni cortar, ni pegar, ni doblar, nada de nada. Tampoco me gusta dibujar. Mi prima de dos años lo haría incluso mejor que yo. Y pienso que es de esas cosas que son dones. Me explico, es algo que creo que tienes que nacer para ello.
En cambio, se me da bien escribir,  es una de las cosas que más me gusta hacer. También me encanta leer, amo las historias que permiten que me evada del mundo y entre en uno completamente diferente. Y el agua, el agua es mi pasión y, en cierto modo, puedo decir que también se me da bien la natación.
Otra de mis pasiones es el chocolate, es como un analgésico para mí. En cambio, en el dicho "lentejas, si quieres las tomas y si no las dejas", soy de ese tanto por ciento que se alegra al saber que no tiene que comérselas. Las aborrezco.
¿Mi color favorito?, el naranja, pero no ese naranja chillón que tienen las naranjas, es más bien ese naranja que tiene el cielo en la puesta de sol.
La música es una de mis mejores amigas. Me acompaña día a día. ¿Qué estoy triste? Música. ¿Contenta? Música. ¿Cabreada? Más música. Prefiero la música que la gente de mi generación denomina "antigua y pasada de moda". The Beatles, Christina Perri, The Rolling Stones, Frank Sinatra, Elvis Presley, Queen, Eric Clapton, Dire Straits, Aerosmith y otros, me han enseñado mucho más que algunos de mis profesores.
El cine me fascina. Me apasionan ciertas películas, sobre todo aquellas que son capaces de transmitir "algo" y no se ven por ver.
De los mejores recuerdos que tengo son de aquellos días en los que correteaba con mi hermano sin ninguna preocupación, siendo simplemente felices.
Uno de los peores recuerdos que vaga por mi memoria es aquel día en el que me di cuenta de que el mundo no era de color de rosa, aquello me impactó, ya que me hizo ver que hay mucho odio, envidia, consumismo, injusticias...
Es cierto que no me gustan algunas decisiones que he tomado, pero no me arrepiento absolutamente de nada. Si no hubiera cometido ciertos errores, no sería quien soy hoy. Volvería a repetir cada abrazo, cada beso, cada muestra de cariño, cada sonrisa, cada momento que me hace reír. Repetiría mi vida entera sin dolor.
Mi pequeño sueño es ser escritora, pero, por desgracia, hoy en día no es una carrera que se estudie, por lo cual, he conseguido encontrar un equivalente que sé que me hará muy feliz: la medicina. Apenas se parecen, pero ambas me encantan. La idea de ser capaz de curar cada parte del cuerpo, cada enfermedad, lo que un medicamento no puede, me fascina.
¿Que qué medios tengo para conseguirlo? Esfuerzo, ilusión, trabajo, y como meta, la felicidad. ¿Os parece poco?»


 
 

3 comentarios:

  1. Casi todo el mundo sabe hablar de sí mismo —el egocentrismo que nos posee—. Escribir sobre sí mismo ya es otro asunto. Y hacerlo bien... He de decir que me ha encantado el relato de Esme. Y dice que quiere ser escritora. Creo que ya lo es. Enhorabuena. A Esme y a la profesora que «destapa» en sus alumnos la cualidad de escribir.

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    1. ¡Gracias! De verdad, me hizo muchísima ilusión leer su comentario, y más siendo tan halagador. Me motivó, y aun me motiva leerlo, sobretodo ahora que, he decidido pelear por mi sueño y dejar atrás todo lo demás. Muchísimas gracias, y perdone por haber tardado tanto en responder.

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  2. Muchas gracias por tu comentario. Me alegra que este relato te haya gustado tanto como a mí.

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