domingo, 20 de octubre de 2013

¿DÓNDE ESTÁ DON QUIJOTE?

En el año 2005, el mundo literario, y sobre todo el  mundo literario español,  se movilizó para conmemorar el IV Centenario de la publicación de Don Quijote, cuatrocientos años del nacimiento del caballero más famoso y ejemplar de la historia de la literatura.
Se hicieron todo tipo de actividades y celebraciones, oficiales e institucionales, en centros de enseñanza, en bibliotecas, club de lectura...
¿Qué hicimos aquí, en la biblioteca? 
Nos ayudaba, por entonces, en las siempre ingentes tareas de esta biblioteca, María Moreno: primero, como bibliotecaria en prácticas, y luego, como colaboradora de la AMPA de aquellos momentos. Y tuvo la feliz y laboriosa idea de hacer un gran mural, con más de doscientas imágenes, coloreadas, de las historias que encierra  Don Quijote, y entre todas ellas, escondidas y pequeñítas, cuatro figuras del famoso hidalgo, que invitaban e imitaban el famoso: «¿Dónde está Wally?», en nuestro caso: «¿Dónde está Don Quijote de La Mancha?»
El mural ya tiene ocho años y, curiosamente, la joya de esta biblioteca no es un libro con formato de libro, no son todos esos libros prestados y vueltos a prestar tantas veces, no son nuestros lectores, que, por supuesto, son "joyas imprescindibles" de la biblioteca y nuestra razón de ser;  la joya más preciada, también por lo que tiene de frágil y de difícil de sustituir, es nuestro mural de «¿Dónde está Don Quijote de la Mancha"».
¿Cuántas manos recortaron y colorearon esos dibujos? ¿Cuántas horas, de día y de noche, dedicaron a repartir verdes, azules, rojos, amarillos...,  a todas las ilustraciones...? ¿Cuántas veces hemos contado a los niños las aventuras de don Quijote , les hemos hablado de los personajes que se asoman a este mural?
¿Cuántos niños y niñas del "cole" han crecido jugando con él?
- ¡A ver quién lo encuentra antes!
- ¡A ver si lo han cambiado de sitio!
Sí, porque a Don Quijote lo vamos cambiando de sitio, no en vano es un caballero andante.
Y de vez en cuando, toca restaurar: ajustar el mural a la pared, pegar lo que se despega, retocar un color..., para que lo disfruten también los niños y las niñas que están por venir. Que esperamos que sean muchos y muchos años.
Y sirva esta publicación para hacer un pequeño homenaje a nuestra querida María, porque se lo merece y porque la queremos mucho en esta biblioteca y en este colegio.

































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